Epistemología del diálogo.

Afrontar la diferencia incancelable del otro en la responsabilidad ética no se resuelve sólo a través de la libertad asegurada por la conciencia de la totalidad del ser sino del reflexionar sobre el mundo y sobre el otro hombre, sobre el otro como diversidad; significa admitir que hemos entrado en una fase de la doctrina de la verdad, de las totalidades fragmentarias y de difícil discernimiento, una verdad ligada a eventos, poseventual, que permite la recuperación de categorías diversas, como el momento artístico, el amoroso, el científico y el político. Una filosofía que se haga filosofía del diálogo nos abre a la multiplicidad, a la ambigüedad de los eventos y del pensamiento, que pensando conjuntamente el mundo y al otro hombre intente comprender incluso aquello que es imposible organizar en el interior de una teoría, por ejemplo, en el discurso de a dos, la significación del rostro humano.