Ironía y geometría

    Spinoza y los románticos

    Si los filósofos tuvieran un órgano para declarar la santidad de uno de los suyos, una especie de Congregación para la Doctrina dela Fe, sin duda que uno de los candidatos perfectos sería el que nos ocupa ahora. Pero si sus detractores tuvieran un tribunal para condenar a los réprobos, aquí también habría un personaje listo para colgarle todos los sambenitos atribuibles a un renegado: ateísmo, censor de todos los sacramentos, escéptico frente a la inmortalidad del alma y de la santidad de la Iglesia, inquisidor de la revelación profética y, sobre todo, judío heterodoxo. Se le trata con la desmesura con la que se habla de un personajemitificado, pues las hipérboles abundan a la hora de relatarlo. Agitaba toda clase de tempestades sin necesidad de haber publicado ningún libro, con mayor razón cuando éstos aparecieron; su primer biógrafo llamó a escupir sobre su tumba y toda una generación creció bajo la sospecha de que su doctrina representaba la peor de las enseñanzas para la humanidad. Su denostación solo es comparable con la de Maquiavelo. Con el tiempo y con ánimos más receptivos, el quórum de aquella comunidad perfecta de los santos sube a trece, de la mano de alguno de sus exégetas; de sus críticos viene la tesis de que es el directo responsable del nihilismo moderno, es decir, de la impiedad, la destrucción de los valores religiosos y de todos los males de la secularización. También hay un Spinoza mefistofélico...

    Escritor
    Colección
    Filosofía
    Número en la colección
    8
    Materia
    Filosofía
    Idioma
    • Castellano
    EAN
    9789876917124
    ISBN
    978-987-691-712-4
    Edición
    1
    Fecha publicación
    01-12-2018
    Edición en papel
    11.500,00 $

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