Tutankamón, el faraón niño.

El hecho más conocido del reinado de Tutankamón fue que consolidó la restauración del dios Amón y del panteón de deidades desplazados por el culto monoteísta a Atón instaurado por Akenatón. El faraón niño asumió el poder a los diez años y gobernó hasta su prematura e inesperada muerte una década después. El apresurado entierro permitió que su tumba pasara desapercibida para los profanadores hasta 1922, cuando Howard Carter la descubrió. El incalculable tesoro hallado y los misteriosos sucesos que siguieron a ese descubrimiento lo convirtieron en el rey egipcio más famoso para el gran público y en el símbolo más representativo del Egipto faraónico. Pero como la documentación sobre Tutankamón es escasísima, sigue tratándose de un enigma, incluso para los egiptólogos. Gracias a una minuciosa investigación, en este libro Jorge Dulitzky reconstruye la vida y la muerte de este misterioso faraón, y echa luz sobre la maldición de su tumba que, en verdad, no fue más que una serie de casualidades. Egipto debe a Tutankamón el interés creciente por la egiptología y el desarrollo del turismo hacia ese maravilloso país, donde se originó la sabiduría que heredó Occidente y la religión monoteísta de la cual surgieron el judaísmo, el cristianismo y el islamismo.